08 febrero 2013

EL SOBRE Y EL DIPUTADO


El interior de la cabeza del diputado es, desde hace lustros, un espacio libre y relajado. Lo recorren amplias autopistas interconectadas donde brilla la luz y resplandece la rectitud. Cualquier obstáculo o duda han sido vencidos por el tiempo, la autocomplacencia y la ambición. El pensamiento y la conciencia viajan libres de la mano. En el exterior su presencia es augusta: el halo del político experimentado que le permite brillar un poco más que los demás cuando aparece sonriendo en público, echándole graciosamente al contrario sus huestes encima.

 
Los sobres son suaves, discretos, un poco más estrechos de lo normal, y llevan siempre escritas pulcramente con pluma las letras primera y última de su segundo apellido. Él fantasea a veces con que son invitaciones a alguna fiesta secreta para elegidos, celebrada en una isla perdida del pacífico, o algo así. Casi siempre tienen un elegante color marrón claro y huelen a nuevo, a limpio. El aroma de los billetes no suele imponerse al del papel, si exceptuamos la época de la “burbuja”, en la que hubo un par de ocasiones en las que olían fuertemente a pescado, qué le vamos a hacer. En aquellos momentos, el diputado se deshacía pronto de ellos, rompiendo su rutina sagrada: así como el país, en su experta opinión, debe avanzar sin estridencias, mediante un pausado, constante y rítmico pedaleo, los sobres entran en su caja fuerte situándose en lo alto del montón, lo que permite que el de abajo del todo salga, presto a ser debidamente utilizado por toda la familia: la hija mayor, que estudia en Londres y siempre vuelve comentando las diferencias de comportamiento entre los ingleses y los españoles, “tenemos mucho que aprender”; el hijo, reciente universitario que no para de dar caña a los políticos en la mesa; o la esposa, que tanto admira a su marido, “deberías escribir un día un libro, recopilar tu pensamiento”.

 
La vida sigue, el país avanzará a pesar de los pesares, sabrá sufrir, alguien le ayudará. Todo debe ser equilibrio, paciencia, pedaleo constante, orden. “Mejor que estemos nosotros a que estén otros”, le dijo su mentor aquella tarde en el coche, cuando le dio el primer sobre. “tu dedicación y desvelos no están pagados”. Todo esto piensa el diputado mientras sube sonriente las escaleras en dirección a la reunión del partido. Piensan proponer con carácter de urgencia un gran pacto de estado contra la crisis y la corrupción.
 
 
 
Publicado en el nº153 de la revista de humor on line "El Estafador", dedicado a "Sobres con dinero".

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