09 junio 2014

JORGE MARTÍNEZ, EL HOMBRE SOLITARIO ENTRE ILEGALES (19 de 20)

19. LA ORQUESTA PACHANGUERA PARECE ENTENDER

Caricatura de Enrique Bonet ilustrando el paso de Los Ilegales a Jorge Ilegal y Los Magníficos.


   El presente se llama Jorge Ilegal y los Magníficos (denominación en recuerdo de aquella orquesta de sus inicios), una sorprendente apuesta de Jorge Martínez, acaso decepcionante para algunos. Jorge se lanza bien pertrechado en pos de dignificar el repertorio y el trabajo de las orquestas de baile; para ello se hace acompañar por un cuarteto de “Ilegales” (Belaustegui, Blanco, Flores y Jorge) más el vibrafonista ovetense Xuan Zem, que se zambullen con alma de arqueólogos, convenientemente uniformados y usando instrumentos de época (vibráfono Musser del 37 o guitarras Vega de 1.933 y Vega Duotron de 1.946), para rescatar con suficiencia estilos olvidados, desarrollados con profusión desde los años treinta hasta justo antes de la aparición de Los Beatles: rocanrol primigenio, twist, chachachá, tango, bolero, guarachas o habaneras. Al igual que muchos solistas y grupos se interesan por tratamientos más acústicos y austeros de su sonido en momentos determinados de sus carreras, Jorge Martínez viaja a la esencia recreando su base musical, insuflando vida a esas raíces desarrollando un trabajo serio y artesano, para nada paródico; con un sonido bien templado, contenido y articulado de manera fenomenal, sin trampa, fiel pero alejado de trillados convencionalismos, trabajado con el suficiente tiempo y dedicación en su propio estudio de grabación (“La casa del misterio”, claro, donde ha sido grabado todo el repertorio de Los Magníficos); demostrando que se pueden componer canciones muy personales aun circunscribiéndose a estilos bien definidos. 



El primer lanzamiento fue “Jorge Ilegal y Los Magníficos” (Pop Up, 2.011) siguiendo la fórmula de seis composiciones propias y cinco versiones. De las primeras destaca la exuberancia de “Nuevo rumbo”, el joropo venezolano “Estrella venenosa”, el vals onírico “Jardín mortal” o el chachachá de “No creo”. Entre las segundas se encuentra el bolero “Inútilmente” del mexicano Alfredo Núñez de Borbón, una recreación escueta y swing de “Bésame mucho”; “Miradla”, amarga composición de Joan Baptista Humet de 1.975, tratada con genuina delicadeza; una gran revisión del twist  “Si é spento il sole”, ejecutado a medio camino entre Adriano Celentano y Torquato y Los 4;  y el rock & roll “Il ribelle” (de nuevo Celentano). Tras editar ese mismo 2.011 “El twist de Jorge Ilegal y Los Magníficos”, encuadrado en una serie de ep’s temáticos por ahora interrumpida, en octubre de 2.012 apareció su segundo trabajo “El guateque del hombre lobo” (Pop Up), con Jorge disfrazado de hombre lobo en una portada genial. Se trata de un disco más centrado en el twist y el rocanrol (y por ello mejor recibido por el grueso de los seguidores de Ilegales) que, aunque más directo y divertido, ofrece menos sustancia musical que su predecesor. Recuperando los temas del ep mencionado, se repite el sistema de seis originales más seis versiones en esta ocasión; entre las primeras encontramos inspirado rocanrol serie B ejecutado con clase (“Soy un hombre lobo” o "Niña voodoo”), el instrumental morriconianoSpaguetti & tequila”, con esos coros marciales que recuerdan a “Heil Hitler!”, y temas como “Molesta”, con base twist pero desarrollada al modo de aquellos temas de Ilegales a medio tiempo con personaje femenino (“Barbie torcida”). En el lado de las versiones está “Renata”, tema a través del cual Jorge conoció el twist, recreaciones de clásicos de siempre vía Teen Tops como “Despeinada”, “La plaga” (“Good golly miss Molly” de Little Richard) o “Popotitos” (ésta más cercana musicalmente a la original, “Bonny Moronie”, de Larry Williams); y adaptaciones propias como la de la incandescente “Trouble” (“Problemas”) o “Sixteen tons” de Merle Travis (“Dieciséis toneladas”, archiversionada también en español). Con varios cambios de formación que no restan prestaciones a su sonido, suelen resucitar para su directo temas ilegales que se acoplan como un guante al sonido de Los Magníficos, como “Como lo haces tú”,  “El piloto”, “La fiesta” o “Al borde”. Si pasan por tu ciudad alguna vez, aprovecha.


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